Difícilmente haya, para algunos comunicadores, tarea más difícil que renombrar el mundo, cuando ese mundo ya no está y se desecha la idea de abrazar la nostalgia. Es paradójico suponerlo, pero doy fe de que es muy real. Y digo esto porque, así como las palabras están cargadas de sentido y construyen mundos posibles, el acto de renombrar implica en muchas ocasiones vaciar el contenido simbólico de cada palabra y darle simultáneamente un sentido nuevo, una vida nueva, a ella y a nosotros.
Si bien esto es lo que creo que pasa cotidianamente con las palabras (que las reinventamos todo el tiempo), lo extraño y difícil deviene cuando, a través de una operación conciente pretendemos quitarles por la fuerza, justamente toda la fuerza que ellas tienen. Ahí es cuando los diccionarios no alcanzan para definir nada, y las definiciones nunca llegan. Y por más que lleguen, no encontramos las palabras que den cuenta de aquello que antes significaba esa cosa que ya no está. Será cuestión de re-significar cada fragmento del mundo, cada palabra, cada sonrisa. De inventar todo de nuevo. Ya lo decía Cortázar en Rayuela: "el mundo se ha hecho pedazos y hay que nombrarlo de nuevo". Así que si alguien tiene una idea de cómo se hace, les aseguro que más de una Mafalda lo querrá saber.
Si bien esto es lo que creo que pasa cotidianamente con las palabras (que las reinventamos todo el tiempo), lo extraño y difícil deviene cuando, a través de una operación conciente pretendemos quitarles por la fuerza, justamente toda la fuerza que ellas tienen. Ahí es cuando los diccionarios no alcanzan para definir nada, y las definiciones nunca llegan. Y por más que lleguen, no encontramos las palabras que den cuenta de aquello que antes significaba esa cosa que ya no está. Será cuestión de re-significar cada fragmento del mundo, cada palabra, cada sonrisa. De inventar todo de nuevo. Ya lo decía Cortázar en Rayuela: "el mundo se ha hecho pedazos y hay que nombrarlo de nuevo". Así que si alguien tiene una idea de cómo se hace, les aseguro que más de una Mafalda lo querrá saber.