lunes, 15 de septiembre de 2008

Puerto Madryn

Esa ciudad tiene, de entre todas las que conocí, el privilegio del amor. Sin que Buenos Aires (mi muy muy muy querida Buenos Aires) se ponga celosa, debo reconocer que me enamoré perdidamente y a primera vista de sus olas caprichosas, de su arena movediza, de sus tortas galesas. En esa ciudad aprendí, y disfruté; amé muchas cosas y renegué también de tantas otras. Pero no me perdí de nada: reí con sus chistes, lloré con su lluvia, recé en sus Iglesias. Y hasta leí sus diarios con ganas de escribirlos.
Nosé que tiene, nunca pude saberlo, y espero no saberlo jamás. Porque estoy segura que quizás sea eso que nose qué es, lo que tanto me atrapó… Igual ya no la extraño. Luego de un intenso verano, volví hace ya unos meses a mi querida, mi muy muy muy querida Buenos Aires, que como siempre me recibió con los brazos bien abiertos. Nosé si volví para quedarme. Pero siempre es reconfortante volver al primer amor.


viernes, 5 de septiembre de 2008

Messis del amor

El amor es como el fútbol: mueve a multitudes, hace latir los corazones, y de vez en cuando también los rompe. Requiere de un entrenamiento constante, y por qué no, de un poco de buena suerte. A veces corremos, a veces nos corren. Y cuando parece que estamos a punto de convertir, se nos escapa la pelota y nos sorprende un contraataque. Nos quedamos boquiabiertos, rogando que el arquero evite lo inevitable.
Tratamos de remontarla, transpiramos la camiseta, la intercambiamos, y la volvemos a transpirar. Cuando no podemos salir a la cancha nos quedamos en el banco de suplentes, esperando ansiosamente que nos den el okey para poder entrar. Y una vez adentro, tenemos hinchada propia: quiénes sino nuestros amigos!!, que ríen y descargan bolsas de papel picado con nuestros goles, y están siempre para bancarnos a muerte en el descenso.. Porque el fútbol es eso, un juego de idas y vueltas, de gambetas, que como en la vida, a veces se gana, a veces se pierde.
Cabeceamos, nos caemos al piso, nos sacan en camilla, nos reponemos, y cuando queremos acordar estamos de nuevo adentro gritando goles que metemos con la mano de Dios. Cometemos faltas, nos sacan amarillas y también alguna roja. Nos juegan sucio, se vende el árbitro, o nos cortamos las piernas si el dopping da positivo. Y cuando parece que estamos ante el gol de nuestra vida, resulta que la banderita inoportuna nos delata adelantados…
Pero por sobre todo, el amor al igual que el fútbol, es un juego en equipo altamente impredecible. Tan, pero tan hermosamente impredecible como esos milagros que ocurren una vez cada tanto y nos sorprenden convirtiendo un GOOOOOOOOOOOOOOOOL en el tercer minuto adicionado. Y nadie, ni siquiera el jugador lo puede creer!! Es ahí cuando la cara se nos pinta con los colores del equipo, nos late el corazón en la garganta, y Dios desde el cielo festeja con nosotros que le hayamos entrado con tantas ganas al centro que nos tiró.

jueves, 4 de septiembre de 2008

BLOGFEST 08

Movida por mi curiosidad periodística – antropológica, ayer me di una vuelta por la BLOGFEST 08, que por lo que entendí, fue la primera fiesta para Bloggers organizada por Clarin, que se hizo en Puerto Madero. Mientras estaba en camino al encuentro, mis prejuicios hablaban en voz baja y decían para mis adentros que, como mucho, me daba 20 minutos ahí adentro. Pero debo reconocer, que una vez más, asomó mi capacidad de asombro.
Fue una experiencia extraña, atípica, para mi escasa experiencia de encuentros virtuales en la vida real. En este caso, la atipicidad estaba dada por la calidez de las personas que allí asistieron, es decir, aquellos que día a día postean sus experiencias, emociones y opiniones en una bitácora que como ésta a veces ni pretende ser leída.
Dueños de Blogs de cocina, diseño, animación, caricaturas, tecnológicos, eróticos, historiográficos, cultura general, literarios, y cambalacheros, fueron algunos de los tantos que asistieron a la fiesta. Personas que se conocían sólo por sus Nicks, pero que compartían la pasión de pasar horas frente a la computadora haciendo catarsis y confesiones de sus vidas y leyendo las ajenas. Hubo trencito (que de a ratos parecía descarrilar de alegría), saladitos ricos, sorteos de camaritas digitales y home theaters, y hasta tarjetitas personales con las direcciones de sus Blogs. Algunos con hasta 6.000 visitas diarias sponsoreados por la cerveza que tiene el sabor del encuentro y que están por cumplir 6 años de vida, y que como todo niño mimado y querido, festejará su cumpleaños con todas las de la ley.
Pero lo que más me sorprendió fue el alcance y las ramificaciones de esta experiencia que empezó como virtual. Los veía y me los imaginaba como almas inquietas tipeando desaforadamente a la luz de un velador en alguna noche de insomnio; o clandestinamente a plena luz del día en el horario de oficina mientras el jefe coquetea con la secretaria. O en casa, en ese momento de ocio que uno se permite para escapar de la insolente rutina. En cualquier lugar que haya una computadora conectada a Internet, cualquier persona puede construir su propio Blog, esta especie de diario íntimo del siglo XXI que se asume una intimidad leído por todos.
Cuando la pequeña Ana Frank escribió exiliada durante dos años su diario íntimo en el escondite que ella y su familia habitaron desde 1942 hasta 1944, jamás habría imaginado que esas líneas iban a dar la vuelta al mundo en forma de libro como testimonio de la monstruosidad nazi contra los judíos en la Alemania de Hitler. Hoy, ya sea por catarsis o por cualquier otra razón, quien quiera puede experimentar lo que es contarle al mundo entero su propia versión sobre la vida. A través de los Blogs, millones de testimonios se sumergen a diario entre lo conmovedor y lo frívolo, y dan la vuelta al mundo y sus satélites en apenas segundos, dejando testimonio escrito de nuestro presente.
Como una góndola de un supermercado chino, uno puede encontrar de todo en ellos: desde un calesitero contando cuál es el criterio con el que elige al nene que se queda con la sortija, hasta la forma en que procrean las ballenas. O mirar los videos más crueles de torturas y muertes filmados en una guerra en algún lejano país, que registraron periodistas de cadenas internacionales de televisión que luego fueron censurados por esas mismas cadenas, y buscan publicarlo como pueden. Es que el Blog tiene la capacidad de nuclear bajo su techo experiencias tan diferentes y complejas que de a ratos se convierte en una atracción que invita al que lee a seguir la brújula del link, en una lectura rápida y salteada, entre un sitio y otro, buscando encontrar siempre cosas nuevas. En un mundo de photoshops que permiten quitarle celulitis a las damas y agregarle pelo a los caballeros, estos espacios indefinibles que emanan a borbotones pueden incluso osar con borrar su propio pasado: en apenas unos instantes se pueden subir y bajar archivos, o borrar comentarios propios y de terceros que no convencen a su creador.
Pero al igual que en la Blogósfera, lo que más se respiraba ayer en la fiesta era la cercanía de la cotidianeidad. Esa paradójica cercanía que se respira en los Blogs entre quien escribe en forma coloquial y quien lee desde el rincón más remoto; ese estar juntos con desconocidos; ese saberse unido a millones de anónimos en el mismo instante en que se escribe y se lee, es quizás la esencia de este entramado de experiencias y conductas. Visto de esa forma, esa indescifrable histeria colectiva entre lo lejano y lo cercano, entre el estar y el huir, no deja de ser otro síntoma de esta inquietante, incomprensible y vertiginosa época.