domingo, 9 de noviembre de 2008

Incómodos

La palabra es desconcertante. La película juega con lo absurdo, lo imprevisible, lo ridículo. Juega con la monotonía, por momentos, insoportable. Pero hace reír hasta la médula. Dos hombres y una mujer, que no se sabe bien qué relación los une. Un viaje a Miramar, el pánico al dentista, una docente mitómana de arbolitos de navidad, y el chiste de un horóscopo. En un colage de incoherencia, avanza el relato. En el medio, mi ex profesor de teatro, Iván Moschner, que no cambió en nada. Los mínimos gestos de su cara exageran el sentido y hacen estallar al primer plano. Para no ser menos, el público en una sala de cine casi vacía, llena de risas de los pocos que estábamos. Qué manera de reírme. Altamente recomendable para los amantes de las sorpresas y el surrealismo.


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